Matias Castaño
El gobernador bonaerense Axel Kicillof busca forjar una estructura federal propia. El equilibro de la organización de Pérsico para evitar quedar “rehén” de la interna con La Cámpora.
Para poder competir en el 2027 Axel Kicillof avanza con su estrategia de cruzar los límites bonaerenses para encabezar una “alternativa” nacional al gobierno de Javier Milei. En el último tiempo, el gobernador se acercó al Movimiento Evita, una organización con representación en todo el país, ante este plan podría convertirse en el brazo territorial para impulsar su candidatura.
En el encuentro de el último martes, Kicillof compartió un almuerzo en Moreno con la cúpula de la agrupación de Emilio Pérsico. El encuentro fue clave para discutir de como pensar las estrategias ante posible unión para poder presentarse de cara al año 2027.
Además de los dirigentes bonaerenses encabezados por la anfitriona Mariel Fernández, participaron el santafesino Eduardo Toniolli (región centro), Silvia Horne (Patagonia), Carlos “Cacho” Luna y Johanna Duarte (región NOA y NEA), entre otros.
“A Axel le interesaba mostrar un encuentro federal. Es un mensaje a Milei y también es un mensaje a la interna, una demostración de que tiene con qué armar” fueron las palabras de un dirigente que estuvo en la reunión, donde hubo una duración de las de 3 horas.
Por otra parte se sabe que Emilio Pérsico, líder del Evita, es quien puede darle a Axel Kicillof la pata federal.
Para poder construir y sentar las bases, lo primero que se necesita es que el peronismo de la Provincia este unido bancando al gobierno de Kicillof. Lo importante es poder reconstruirse y generar una propuesta alternativa que devuelva la esperanza.
Frente a la primera plana del Evita, acompañado por sus ministros de Infraestructura, Gabriel Katopodis, y de Trabajo, Walter Correa, Kicillof describió el escenario económico y los desafíos de la Provincia. Casi toda la jornada giró en torno a las políticas de Milei y cómo convertirse en la “contracara” del ajuste. El gobernador se llevó el compromiso de que la agrupación defenderá a su gestión frente a los embates del Presidente. Además del respaldo, el Evita le servirá como termómetro de lo que pasa en los barrios y al interior del país.
Para reconstruir no basta con una propuesta popular y federal, ante la lucha de un poder en estos escenarios se tiene que estar trabajando con organizaciones de cooperativismo en todo el país, sobre todo en la región núcleo. Deberán tener más que un solo diálogo permanente con Entre Ríos, Santa Fe, Córdoba. Para tener una agenda federal deberán defender a los distintos sectores ante la ausencia del gobierno.
La renovación y reconciliación
Durante el gobierno de Alberto Fernández, hubo un sector del Evita más crítico al “seguidismo”, que planteaban que los dirigentes más importantes debían dejar sus puestos en la gestión. Pérsico fue muy cercano al expresidente, aunque empezó a marcar críticas hacia el final del mandato.
Pese a las tensiones históricas, el Evita y La Cámpora hoy mantienen una relación más cordial. Ese vínculo empezó a darse durante los meses más complejos de la gestión de Alberto. En simultáneo con sus cuestionamientos al Presidente, Pérsico se acercó a Cristina y desde entonces se restableció el diálogo.
